Para los japoneses, que saben tanto e intuyen más, las relaciones humanas están predestinadas por un hilo rojo que los dioses atan a los dedos meñiques de aquellos que se encontrarán en la vida. De acuerdo a la leyenda, las dos personas conectadas por este hilo tendrán una historia importante, sin importar el lugar, el tiempo o las circunstancias. El hilo rojo se puede enredar, contraer y estirar, como seguramente a menudo ocurre, pero nunca se puede romper.
Esta leyenda, tanto más estética que la de las almas gemelas, surge cuando se descubre que la arteria cubital conecta el corazón con el dedo meñique (que es la misma razón por la que en tantas culturas se cierran promesas al entrelazar este dedo con el de otra persona). La delgada vena que va del corazón a la mano se extiende por el mundo invisible para terminar su curso en el corazón de alguna otra persona.
Los alumn@s de 4ºESO de E.Plástica han interpretado esta bonita historia ilustrándola en su libro de artista
Sofía Holovchuk
Najat Errajaoui y Nayeli Pinta
Victoria Vaselchuk
Judith Martínez
José Miguel Cánovas
Antonio Raya
José Miguel Ruíz
Alejandro Lucas
Jorge Rosa
Rubén Riquelme
Fuente: FMDOS
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